¿Qué hago yo contigo?

Cambio de aspecto de un mueble de cocina para que no desentone con el resto.

Cuando vimos la casa, teníamos pensado reutilizar muchos de los muebles que teníamos del piso y de la confitería, entre los cuales estaban los de la cocina (porque allí solo la tuvimos 4 años ).

Pero como la cocina es mucho mas grande (ya que la otra era diminuta) no tenía sufucientes muebles para cubrirla entera. Además había módulos que no se podían aprovechar porque, para adaptarlos al cejo que hacía la cocina del piso, se tuvieron que cortar. Tambien sucede que al haber tenido que repartir el almacenaje por otras zonas del piso (salón y pasillo) no tenía puertas del mismo modelo para ellos.

Pero, aún así, he decidido reutilizar algunos de esos muebles. Este es el caso de un modulo que tenía en el cuartillo de la azotea, que usábamos para almacenar cosas, y que ahora forma parte de la cocina.

Aunque lo colgamos para ir metiendo cosas (por no tenerlo todo por el medio) no encajaba con la transformación pensada para el resto, y tenía que cambiar también.

Por lo que desmonté las baldas, y lijé todo el mueble con una lija fina, solo para que la pintura agarrase mejor, aunque se supone que para aplicar pintura a la tiza no es necesario, yo lo hago para mejorar la adherencia.

También preparé el papel que iba a poner en la trasera (el mismo que el de las estanterías del cuarto de manualidades), pintandole las lineas de verde (un trabajo de chinos), para que hiciera juego con el resto de cosas de la cocina.

Después apliqué un par de capas de pintura chalk paint al mueble y a las baldas.

Y pegúe el papel a la trasera.

Sólo quedaba dar una capa de barniz transparente para protegerl (y facilitar su limpieza), montar las baldas y colocar en él cosas que podamos dejar a la vista.

Y así es como ha quedado

Como véis, con un poco de tiempo, paciencia y trabajo, dar el acabado que deseamos a nuestros muebles es posible, aunque séa para lugares tan difíciles como la cocina.

Un saludo a todos y anímo en éstos días.