Como explico en éste blog, siempre he sido una persona con una mente inquieta, a la que le encanta dar vueltas a todo, para buscar soluciones, a veces, hasta el punto de querer arreglar cosas que no lo necesitan. A ésto se une que me gusta aprender de todo, me encanta el bricolaje y las reformas; y no soy mala en el uso de herramientas y en la realización de trabajos manuales.
Además, peco de valiente, al intentar hacerlo todo por mi misma, por lo cual, mas de una vez empeoro en vez de mejorar lo que toco. Cuestión que antes me frustraba, aunque, con los años, he aprendido que si no lo intento no puedo saber cual será el resultado y que fallar el camino para aprender como NO hacerlo la próxima vez.
La cuestión es que entre mi marido (que se parece a mí, en ese aspecto, y que es UN SANTO, por apoyarme y ayudarme en todo lo que se me ocurre) y yo, hemos hecho varios proyectos de remodelación (2 locales, en los que tuvimos nuestro negocio en el pasado, porque, como veis, nos atrevemos con todo; y del piso en el que vivimos hasta hace poco) y muchos trabajitos de bricolaje en nuestra propia casa y en la de nuestros padres.
A lo que sumamos que, hace poco, tuvimos la loca idea de comprar una casa, también por el precio y las condiciones, todo sea dicho; que, para ser suaves, diremos que necesitaba un poquito (mucho) amor.
Por lo cual , y tras el historial, de “ensayos” en cuestión de modificar inmuebles, he decidido compartir los aciertos y fallos que tenemos en nuestra aventura hacia la consecución de un lugar que, además de ser nuestro refugio del mundo (mas en éstos días con la incidencia del coronavirus), se ajuste a nuestros gustos y nos aporte la satisfacción de decir lo hice yo.
Emprendo así, una nueva experiencia, gestionando éste blog, cuyo nombre viene de la frase favorita de mi madre cuando me ve mirando algo que no me acaba de convencer. En el cual quiero compartir mis ideas y el resultado logrado después del trabajo realizado, intentando transmitir que hay cosas que no son tan difíciles como pensamos, y que se pueden obtener resultados aceptables, demostrando así, que lo que, casi siempre, sobra es el miedo a intentarlo.
Iré, por ello, subiendo los diferentes proyectos que realizamos, explicando la idea y el propósito a conseguir, e intentaré poner fotos del antes y el después (si con la emoción no se me olvida hacer la del antes), detallando los pasos que hemos dado y las herramientas y productos que usamos para su realización (como en el programa de la tele), fomentando la reutilización de materiales y objetos (por aquello del medio ambiente) y, sobretodo, mostrando que con un poco de ganas y mucho de interés se puede dar un cambio radical a un desastre para conseguir ese sitio que te aporte la paz y tranquilidad de estar en casa.
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Nos vemos en el próximo post
